Por cálculo evolutivo, estás hablando de algoritmos genéticos o cualquier tipo de método darwiniano que adapte o desarrolle un conjunto de objetos a lo largo del tiempo, ya sea que esos objetos sean comportamientos, conceptos, etc. Desde este punto de vista, el cálculo evolutivo es una herramienta entre muchas que debería ser incorporado en un AGI. Particularmente en el área de mejorar el comportamiento de un sistema.
Estoy escribiendo un manuscrito, Building Minds with Patterns (DRAFT), sobre un enfoque para construir un AGI, y en el capítulo uno discuto los conceptos de Equilibrio (manteniendo la precisión de las predicciones y la solidez de las explicaciones) y Equilibrio (compensando las discrepancias entre expectativas y resultados). En el capítulo doce, analizo la compensación con más detalle con respecto a dos estrategias reguladoras principales, la modificación de prioridad y la modificación genética. También analizo cómo estas estrategias se relacionan con el aprendizaje por refuerzo, los procesos de decisión de Markov y las redes neuronales.
Dentro del marco establecido en el libro, los comportamientos (llamados “soluciones”) evolucionan lentamente con el tiempo mediante métodos compensatorios. Así que creo, al menos en mi enfoque de AGI, la computación evolutiva jugará un papel importante.
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En su libro, La construcción de la realidad en el niño, Jean Piaget dice lo siguiente sobre los procesos evolutivos:
En proporción exacta al progreso de la inteligencia en la dirección de la diferenciación de los esquemas y su asimilación recíproca, el universo procede del egocentrismo integral e inconsciente de los comienzos a una creciente solidificación y objetivación. Durante las primeras etapas, el niño percibe cosas como un solipsista que no se da cuenta de sí mismo como sujeto y que solo está familiarizado con sus propias acciones. Pero paso a paso con la coordinación de sus instrumentos intelectuales, se descubre a sí mismo situándose como un objeto activo entre los otros objetos activos en un universo externo a él.
Estas transformaciones globales de los objetos de percepción, y de la inteligencia que los hace, denotan gradualmente la existencia de una especie de ley de evolución que puede expresarse de la siguiente manera: la asimilación y la acomodación proceden de un estado de indiferenciación caótica a un estado de diferenciación con coordinación correlativa.