¿Por qué lo haría? El cambio de idioma no es retroactivo y no retrocede en el tiempo. Los acontecimientos pasados no pueden influir en el cambio futuro a este respecto.
Es cierto que hay una sucesión de eventos cuando se trata de reorganización de sonido y desaparición, por ejemplo. Podemos predecir la dirección del cambio o la forma en que se producirá un sonido o una palabra dada en el futuro dada su forma actual y estado anterior.
Por lo tanto, el acceso semidirecto al material que muestra cómo la gente hablaba hace años (no solo datos escritos, sino grabaciones) puede ayudarnos a comprender las leyes y regularidades (así como las irregularidades) del cambio de idioma. Además, a menudo podemos “ver” u “escuchar” el cambio en lugar de simplemente inferirlo a partir de datos escasos.
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Sin embargo, algunos casos de cambio de idioma pueden ser puramente accidentales. Además, el condicionamiento del cambio de sonido puede variar, por lo que debemos tener en cuenta nuestro aparato del habla (órganos del habla, músculos, limitaciones físicas), nuestra percepción y su influencia en la producción, el ritmo y el registro del habla, los factores sociolingüísticos (edad, género, geografía, clase social) y factores funcionales (frecuencia de palabras, uso, gramática, etc.).