En su libro On Intelligence, Jeff Hawkins se maravilló del cerebro humano, un instrumento avanzado con capacidades innatas de coincidencia de patrones eones antes de nuestras crudas imitaciones. Dentro de cada uno de nosotros, hay una máquina de estado de predicción de futuro altamente capaz.
Sin embargo, nuestras oportunidades para poner en práctica estas maravillas de la ingeniería están limitadas por factores como la cultura, el idioma, la capacitación, la ubicación, etc.
Nos falta una interfaz óptima.
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Interfaz mente-máquina (MMI)
Neuralink tiene el potencial de acelerar rápidamente el desarrollo de la interfaz mente-máquina a través de su “encaje neural”. El Sr. Musk lo describió como una “capa digital sobre la corteza que podría funcionar bien y simbióticamente con usted”, de una manera similar a la concepto de cyberbrain en Ghost in the Shell, aunque en forma de dispositivo auxiliar en lugar de la unidad de envoltura más invasiva que se ve en el anime (y la próxima película). El encaje neuronal actuaría como una interfaz que regula el intercambio de datos sin permitir el acceso sin restricciones, para evitar que la mente se convierta en “gatos domésticos” para la IA.
Una vez que esta tecnología alcance la madurez, nuestra forma de vida experimentará una revolución (y la tecnología probablemente estará disponible a bajo costo, a cambio de nuestro análisis de comportamiento):
- Los alumnos pueden “ir a la escuela” al permitir que la interfaz dirija las experiencias y los pensamientos a la conciencia, en lugar de leer, escuchar e interpretar desde nuestros canales sensoriales.
- Surgiría una nueva profesión: trabajadores mentales; Con capacitación de bajo costo (patrones alimentados en nuestros cerebros), las personas pueden “arrendar” su “hora mental” a las instituciones a través del MMI
- Una vez que los programas y sistemas se desarrollen para interactuar con un gran número de trabajadores mentales, se convertiría en una nueva forma de empleo con una sola calificación: una mente funcional
- El recurso humano exigiría una prima. En lugar de que la tecnología reemplace el trabajo humano, ahora se convierten en facilitadores de un empleo más amplio
- La comunicación basada en la mente sería posible y abriría puertas a nuevos tipos de relaciones.
- Los sentimientos y pensamientos se convertirían en productos básicos para el intercambio y la compra, lo que conduciría a nuevas industrias de medios y entretenimiento.
- Los desafíos económicos, como la baja productividad y la polarización del mercado laboral, se aliviarían (y como resultado, aliviarían la desigualdad)
- Una vez que nuestras mentes se conviertan en recursos valiosos, el público verá la siguiente imagen (crédito de imagen: Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) y reaccionará instintivamente: “recursos valiosos flotando en el mar”