Estamos muy lejos de esta tecnología. La creación de la materia es tan rudimentaria en este punto (impresión 3D) que tal salto sería inimaginablemente difícil para la humanidad en este momento. La programación es ciertamente posible para la humanidad, dada la computación cuántica, pero los recursos necesarios para construir una realidad que tenga consecuencias táctiles reales están más allá de nuestras capacidades tanto ahora como en el futuro previsible.
Finalmente el problema de reducción de la materia generada. Esto también requeriría una deconstrucción molecular de la materia y luego esa materia deconstruida tendría que almacenarse en algún lugar para el próximo uso. Nuevamente, esto sería problemático desde el punto de vista de los recursos.
Toda la materia es energía. La clave para un holosuite sería la capacidad de aprovechar las frecuencias de la materia y moverlas dentro y fuera de la existencia manipulando la frecuencia de la energía de tal forma que emerja en la semejanza de lo que estás programando. Eso, por supuesto, implica que tenemos una taxonomía de las energías de las formas de la materia. No tenemos tal cosa y no puedo ver cómo llegamos a tener una plantilla de materia tan maestra. Tenemos gráficos químicos y componentes físicos, pero no las firmas energéticas reales de objetos, cuerpos y construcciones físicas. Los cálculos estarían más allá incluso de lo que una computadora cuántica podría manejar. Se necesitaría una inteligencia de una magnitud de grandeza que ni siquiera podemos comprender en este punto de nuestro desarrollo intelectual.
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