El término ‘inteligencia artificial’ es algo que se hubiera asociado con las películas de ciencia ficción durante los años ochenta y noventa, pero a medida que el mundo moderno continúa adoptando avances en tecnología, lo hace a un ritmo cada vez mayor.
Muchos de los avances realizados en relación con la inteligencia artificial ya son comunes en la sociedad actual, aunque muchos de nosotros ni siquiera nos damos cuenta. Desde algo tan básico como un hervidor hasta un sistema de seguridad avanzado, la inteligencia artificial ayuda a la automatización de tareas en un esfuerzo mucho más fácil.
Hasta ahora, muchos algoritmos de inteligencia artificial construirían su conocimiento sobre una serie de factores, dependiendo de su función. Por ejemplo, un dispositivo doméstico, como una aspiradora, podría aprender con qué frecuencia se aspira una casa y ofrecer una solución proactiva para la persona que usa la aspiradora, o incluso establecer su propio ciclo.
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Lo mismo puede aplicarse a un sistema de seguridad que tiene inteligencia artificial como parte de sus operaciones, ya que puede usar escenarios pasados para hacer que su configuración de seguridad actual sea más segura. Por ejemplo, un sistema de seguridad avanzado puede haber tenido varios ataques de malware, pero en lugar de tener una solución genérica, aprenderá de los ataques anteriores y ofrecerá una solución más adecuada.
Sin embargo, a medida que los algoritmos de inteligencia artificial se vuelven más complejos, ahora están ofreciendo un análisis más profundo sobre una serie de temas. Uno de esos usos para la inteligencia artificial en este momento es su lenta introducción en el mundo de las citas.
Con el mundo de las citas en línea cada vez más comunes gracias a la introducción de aplicaciones como Tinder, que ofrecen citas sobre la marcha con dos personas emparejadas con nada más que deslizar un dedo. Una aplicación de citas titulada BlinQ infunde un nuevo algoritmo de inteligencia artificial que fue desarrollado por la Universidad de Zúrich. La aplicación calificará la foto de un usuario utilizando el algoritmo, clasificando la fecha potencial en una escala de seis puntos.
Las clasificaciones que se ofrecen son Hmm, OK, Nice, Hot, Stunning y Godlike. Sin embargo, a medida que la inteligencia artificial se hace más avanzada, ¿deberíamos confiar en ella para hacer suposiciones acerca de cuán atractivos somos y qué edad tenemos? Si bien hay muchos aspectos positivos de dicho algoritmo, se podría argumentar que la belleza está en el ojo del espectador, por lo que la opinión de un algoritmo a este respecto puede tener tanto peso como la de un completo desconocido.
Sin embargo, este es el único caso en el que las citas han visto la inteligencia artificial introducida como parte de su causa. Harm de Vries es un investigador postdoctoral con sede en la Universidad de Montreal que se inscribió en Tinder en 2014, pero estaba un poco decepcionado por las posibles coincidencias que se le ofrecían. De Vries descubrió que constantemente lo saludaban con fotos de mujeres que tienen piercings y tatuajes, a pesar de que nunca seleccionó uno como una cita potencial, ya que esas mujeres simplemente no eran su tipo.
Cuando de Vries buscó un poco más en la aplicación, se sintió un tanto perplejo al descubrir que Tinder solo mostraba coincidencias en función de sus ubicaciones geográficas, y no de sus pasados ’golpes’. Al darse cuenta de que el modelo general podía mejorarse, el ingeniero ideó un algoritmo que le permitió a Tinder ofrecer coincidencias más relevantes basadas en preferencias pasadas.
Para hacer esto, el ingeniero primero tuvo que descubrir sus propias preferencias. Luego usó 10,000 fotos de Tinder para poder entrenar el programa para conocer sus preferencias en relación con las fechas potenciales. El algoritmo va un poco más allá de la introducción realizada por BlinQ, al ofrecer fechas potenciales que se han filtrado según las preferencias del usuario, ofreciendo una impresionante calificación de precisión del 68 por ciento. Esto significa que si tal algoritmo se inculca en el futuro, podría ver a los usuarios encontrar fechas potenciales mucho más rápido.
Estos dos escenarios muestran que hay un lugar para la inteligencia artificial cuando se trata de asuntos del corazón, pero tiene que usarse de la manera correcta. Aunque un algoritmo puede usar una serie de factores para tratar de adivinar la edad y el atractivo de un usuario, la información puede variar según el tipo de foto que se use, por lo que realmente no ofrece un mecanismo de puntuación sólido.
Sin embargo, si se usa de la manera correcta, la inteligencia artificial podría actuar como cupido, al usar un algoritmo que potencialmente podría unir a dos personas simplemente usando la información obtenida de sus interacciones pasadas con otros usuarios.