¿El concepto de inteligencia artificial excluye la noción de conciencia artificial y emoción artificial?

El concepto de IA no excluye, como prevenir o hacer imposible, la noción de conciencia artificial o emoción artificial. Sin embargo, tampoco los requiere. Considero que la inteligencia artificial es solo eso, un dispositivo artificial que se comporta de manera inteligente.

Ir más allá en esta cuestión es, de hecho, filosofía. Aquí está mi 2c de todos modos 🙂

La conciencia no es objetivamente verificable con la tecnología actual. No hay prueba para ello. La única conciencia que podemos verificar es la nuestra. Una IA podría ser lo suficientemente inteligente como para convencernos de que es consciente, cuando no lo es, similar a la Prueba de Turing. Sin embargo, para estar seguros de que hemos creado una máquina consciente, necesitaríamos una prueba objetiva que se correlacione con la conciencia humana y confirme que se ha creado un fenómeno equivalente en la máquina. Hay una serie de teorías en esta área, como la información integrada y los muy asediados microtúbulos cuánticos de Penrose. Conciencia cuántica, la conciencia como información integrada: un manifiesto provisional

No tengo una visión bien considerada sobre la emoción artificial. Una forma de verlo es como un aspecto del estado de una máquina. Podríamos programar una máquina para que reaccione emocionalmente en respuesta a un escenario, como suelen hacer los personajes de los videojuegos. Sin embargo, sin conciencia no habría nada sintiendo la emoción en el sentido en que lo hace una persona. Alternativamente, podríamos decidir que la emoción artificial, por definición, requiere conciencia artificial, en cuyo caso son dos aspectos del mismo fenómeno.

Así como es imposible saber si algo, aparte de ti mismo, es consciente, es imposible saber que algo no lo es. Hay defensores de un enfoque preventivo a esta situación. ¿Qué cálculos me interesan?

Creo que para responder esta pregunta con sensatez, necesitaríamos mucho más conocimiento sobre qué son exactamente la conciencia y la emoción, de dónde provienen y qué las genera.

Hasta que sepamos estas cosas, esta pregunta y sus respuestas son prácticamente sin sentido, excepto como un ejercicio de filosofía.