¿Internet está matando a las marcas?

Las marcas son uno de los activos más valiosos de una empresa y representan más del 30% del valor bursátil de las empresas en el índice S & P100. Dado el poder muscular que las compañías ponen detrás de sus marcas, ¡no debería sorprendernos que a nivel mundial, Ronald McDonald sea más conocido que Jesús!
Históricamente, las marcas crecieron en respuesta a las necesidades de los consumidores atrapados en un entorno de poca información. Las marcas dieron a los consumidores un cierto nivel de seguridad sobre la calidad del producto o servicio. Esto sigue siendo válido en algunas áreas, como los productos farmacéuticos, donde muchos consumidores prefieren, por ejemplo, comprar el Tylenol de marca más caro que el paracetamol genérico (ciertamente cierto para mí, después de una mala reacción a un genérico). Sin embargo, el auge de Internet y el crecimiento del comercio electrónico han brindado a los consumidores acceso a más información, como datos detallados de productos, reseñas de expertos y reseñas de usuarios, y ahora el 80% de los consumidores leen reseñas en línea antes de realizar una compra.
Entonces, ¿están muriendo las marcas? Tal vez no. Esto se debe a que, si bien el aspecto de una marca que proporciona información puede no ser tan relevante, una marca sigue proporcionando significado y satisface las necesidades emocionales de un consumidor. Y, por lo tanto, las marcas continuarán influyendo en una decisión de compra, aunque puede no serlo en la misma medida. Con la competencia cada vez más intensa en casi todas las industrias, y la diferenciación del producto cada vez más borrosa, una marca fuerte puede ser la única razón por la que los consumidores compran un producto en lugar de uno muy similar.
Sin embargo, las marcas parecen estar en terreno inestable. Las redes sociales pueden influir poderosamente en los consumidores, y la velocidad de la difusión de información en Internet puede derrocar a una marca mucho más rápido que antes: sea testigo de la reciente caída de la marca Lululemon. Además, se dice que los millennials son menos fieles a la marca que sus padres, por lo que los vendedores tendrán que trabajar más duro hoy para ganar la parte de la billetera de los millennials.
Como en casi cualquier otra esfera, ¡Internet también está cambiando las reglas de gestión de marca!
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