El ciberacoso afecta nuestro bienestar tanto como cualquier resfriado o lesión que podamos tener. Como ya he dicho en respuestas anteriores, el ciberacoso es mucho más que “unos pocos comentarios malos en línea”.
Imagina que alguien te “trolleó” en la vida real: hace comentarios dañinos después de todo lo que dices, difunden rumores sobre ti, te insultan con insultos. Digamos que hacen esto en su lugar de trabajo, y sus colegas piensan que es divertido, así que lo dejan continuar sin decir nada. Estás constantemente bombardeado por el abuso de esta persona, pero al menos puedes escapar cuando salgas del trabajo.
Sin embargo, la idea de enfrentarlo al siguiente te hace no estar dispuesto a ir a trabajar, ya que todo lo que tienes que buscar es el acoso constante de este “rollo”.
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Ahora imagina que te sucede en línea. No tiene el lujo de “apagarlo”. Todo es digital ahora. La socialización, el trabajo y el trabajo escolar tienen lugar en línea, entonces, ¿cómo puede alguien apagar algo que se ha convertido en una pieza irremplazable de la vida moderna? En pocas palabras: no pueden. Esta incapacidad para “desconectarse” del ciberacoso tiene un efecto extremo en nuestro bienestar, como lo haría cualquier acoso en el “mundo real”.
Entonces, ¿cómo afecta el ciberacoso a nuestro bienestar?
A medida que nos ataca, nuestra propia imagen se daña atrozmente. La confianza en sí mismo y la autoestima disminuyen (los palos, las piedras y las palabras rompen los huesos, solo los metafóricos), lo que puede conducir a trastornos alimentarios y un sentido deformado de la imagen corporal.
Además, debido a este sentido dañado de la autoimagen, tenemos más probabilidades de sufrir depresión o ansiedad. Según la Organización Mundial de la Salud, 350 millones de personas en todo el mundo sufren de depresión, y el acoso cibernético contribuye a ese gran número.
Si cree que alguien sufre de un trastorno alimentario o depresión, aquí hay signos a tener en cuenta:
- Cambio repentino en los hábitos alimenticios (omitir varias comidas, solo comer la mitad de una comida)
- Cambio drástico de peso
- Evita las básculas o el uso diario de ellas.
- Evita a familiares y amigos (distantes física y emocionalmente, inventa excusas para evitar planes)
- Comportamiento retirado
- Cambio repentino en los hábitos de sueño (dormirá demasiado o muy poco)