Sí. Creo que hay mucha verdad en eso, especialmente en lo que respecta a los partidarios de Trump y los estadounidenses de extrema derecha.
Soy un ex republicano que abandonó el partido cuando Trump se convirtió en el candidato obvio. Ya no es el Partido Republicano.
Tal vez no se dio cuenta de que el Dr. Livingston dijo:
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Al destacar las posiciones de extrema derecha que defiende quizás el veinticinco por ciento de la población, sin duda he sido injusto con aquellos conservadores que todavía creen que el compromiso entre personas de buena voluntad con opiniones diferentes sobre el papel del gobierno es el único manera de lograr una sociedad justa y tolerante. Pero en los últimos años, el cuarto extremo de la población se ha apoderado de uno de nuestros dos partidos políticos y, como resultado, todos sufrimos. Nos enfrentamos a problemas importantes de los que depende nuestra supervivencia: económica, ambiental, social. Si no podemos avanzar en la cuestión del cambio climático, por ejemplo, el resto de nuestros debates no tienen sentido. Si nos ahogamos con nuestro propio aire, o nos morimos de hambre en nuestras propias sequías, entonces esperamos que las personas religiosas tengan razón sobre el cielo, porque no habrá lugar para nosotros en la tierra.
No me sorprendería si la mayoría de los conservadores autoidentificados se perdieran ese párrafo final.
Desde la toma de posesión del partido republicano por parte de Trump, mucho más que en cualquier otro momento de mi vida, he escuchado a personas expresar opiniones contradictorias sobre cosas como “pro-vida” y el aumento de las penas por delitos. Quieren el aborto prohibido, pero no quieren que brindemos ningún tipo de apoyo o atención médica a los bebés de madres que no pueden pagarlo por ellos mismos (haciéndolos pro-pobreza y pro-muerte) Quieren que más delincuentes sean atrapados y encarcelados por períodos de tiempo más largos (incluso por delitos no violentos), pero no quieren que paguemos el costo de la vivienda, la protección, el apoyo y la atención médica de las personas que hemos encarcelado. Estos son solo dos de los muchos temas en los que se contradicen. Es como si no tuvieran idea de cuáles son los problemas o cuáles podrían ser las consecuencias de las políticas que respaldan.
Los tuits de Donald Trump o sus lacayos hablan sobre una posición política propuesta y la extrema derecha se alinea detrás de ellos, tragándose cada palabra sin dudar. Hay un gancho en esas palabras, y la extrema derecha lo persigue como si fueran peces hambrientos, sin considerar nunca que hay una sartén esperándolos.
